Ciclos de vida del conocimiento

El conocimiento es el principal valor que sirve para conseguir o mantener la competitividad en la economía global, puesto que es el elemento que marca la diferencia. Por lo tanto, conocer su ciclo de vida y cómo realizar una gestión correcta es fundamental, en especial con las nuevas teorías de segunda generación de gestión del conocimiento.




Principios del Ciclo de Vida del Conocimiento

Es importante señalar que el conocimiento no solo se genera en las empresas, sino que en toda sociedad existe un background común de costumbres que se transmiten de generación en generación o a través de otros medios. Por lo tanto, hay que señalar que este aspecto siempre ha existido y es lo que se entiende como Procesamiento del Conocimiento.


Hay que destacar que el ciclo de vida de cualquier conocimiento se inicia cuando se detecta que hay un problema o falta en los conocimientos para desarrollar correctamente un proceso organizacional. Es entonces cuando, ante esta situación, se buscan alternativas que solucionen este conflicto. Las variantes pueden surgir de la predisposición moldeada por la cultura o del análisis sistemático.

La finalización del ciclo de vida de los conocimientos se da cuando se resuelve la falla que originariamente había generado la situación y se formulan nuevas peticiones. En la Base del Conocimiento Organizacional Distribuido (BCOD) interactúan los aprendizajes, peticiones y creencias. Esto significa, por ejemplo, que los sesgos con que cuentan los seres humanos por socialización o influencia cultural tendrán influencia, aunque luego puedan ser refutados por el aprendizaje.

Estas son las distintas fases que se realizan durante el ciclo de vida y que hay que conocer para que la gestión de los conocimientos resulte exitosa:
  • Creación: Esta fase corresponde a la creación de un conocimiento nuevo que se diferencia del paradigma de resolución que existía antes. Tanto si se aplica un razonamiento lógico-matemático como si surge del talento individual, las soluciones resultantes serán diferentes y originales.
  • Captura: La captura se refiere a la forma de captar un conocimiento y, dependiendo de la tipología que este tenga, puede ser mediante textos, imágenes, notas musicales, números o mediante la palabra. En esta fase tienen importancia los códigos que se hayan utilizado para el conocimiento y también el nivel de formación previo de cada persona perteneciente a la organización.
  • Procesamiento: La etapa de procesamiento del conocimiento responde a la necesidad de determinar la calidad del mensaje, interpretar los datos e incorporar el soporte a un archivo de consulta común para conseguir el resultado deseado. Como regla general, cuanto mayor sea el nivel de formación de la persona, más fácil discriminar contenidos.
  • Diseminación: Una vez que se procesa el conocimiento, se diseminan las conclusiones entre los miembros de la organización para utilizarlo, extendiéndose para que estos lo puedan adquirir, sobre todo cuando se quieren aplicar nuevos protocolos.
  • Adquisición: La adquisición del conocimiento está referida a la comprensión de unos códigos y, en consecuencia, de cómo funciona la organización, elemento fundamental para que se puedan aplicar en la práctica. Estos códigos se pueden aprender a través de un profesor o instructor o en el ámbito familiar, gracias a la socialización.
  • Aplicación: La aplicación del conocimiento se refiere a cómo se utiliza para el día a día de la organización en la que está un individuo, pero también en nuevos contextos diferentes al de adquisición. Las empresas y organizaciones que han trasmitido conocimiento buscan, precisamente, que sea aplicado en su beneficio. Como es posible que se generen algunos problemas o fallos derivados de la aplicación de estos conocimientos, es aquí donde se manifestará la necesidad de reinterpretar.
Tipos de conocimiento

Es importante distinguir los distintos tipos de conocimiento que se generan porque influirán a la hora de tomar decisiones y porque se retroalimentan mutuamente. Existe el conocimiento explícito y el tácito. Saber en qué consiste cada tipo permite realizar una gestión de los conocimientos correcta, tanto en el plano individual como colectivo.

1. Conocimiento explícito

El conocimiento explícito es el correspondiente al procesamiento de datos y tiene la virtud de poder ser almacenado, analizado, recuperado, protegido y divulgado. El principal elemento es la capacidad de transmisión, que es sumamente sencilla si se conocen los códigos necesarios. Dicho de otra manera, el conocimiento explícito puede ser colectivo, en tanto en cuanto estaría disponible para cualquier persona. 


En estos casos, la captura es documental, de manera que la persona encargada de la recopilación tiene el trabajo más fácil si conoce los códigos que se utilizan. Solo existe conocimiento explícito desde que hay historia, puesto que antes no existía la posibilidad de transmisión.

2. Conocimiento tácito


El concepto de conocimiento tácito fue enumerado por vez primera por el filósofo Michael Polanyi, y se refiere a aquellos hábitos culturales o actitudes que están interiorizadas en cada persona, concretamente en el inconsciente. Este conocimiento es igualmente valioso, pero tiene la característica de ser personal e intransferible, de manera que se tendrá que valorar este elemento en cualquier sistema de gestión.

Para capturar este conocimiento, la única opción posible es interactuar con el interesado y, de esta manera, obtener referencias verbales. Esta era la forma de adquirir conocimientos que existía hasta la aparición de la escritura.

Gestión del conocimiento efectiva

Es esencial tener en cuenta que en la Segunda Generación de Gestión del Conocimiento hay un salto cualitativo con respecto al anterior paradigma. Hoy ya no se trata tan solo de gestionar, sino de también generar nuevos conocimientos que sean valorizables económicamente.

Por esta razón, se han introducido herramientas para medir que son sumamente útiles para conseguir el objetivo deseado y generar ventajas competitivas sobre otras organizaciones. Hay que centrarse en cada etapa del ciclo de vida para gestionar correctamente las situaciones, teniendo en cuenta las características de cada organización.

Por ejemplo, la fase de creación requiere de un trabajo que puede partir del talento individual o de una investigación rigurosa, pero, en cualquier caso, cada organización ha de poder delegar esta fase en especialistas. Posteriormente, la captura tiene que cumplir como condición sine qua non que todos los miembros de la organización conozcan y sean competentes en el código que se va a utilizar; de lo contrario, se perderá tiempo y, a largo plazo, dinero.

En la fase de procesamiento también es importante, además de una codificación comprensible, segmentar el acceso a los miembros de la organización, asegurando que no habrá consultas indiscretas. La diseminación del conocimiento tiene que ser eficaz, sobre todo cuando la formación está enfocada a todo un colectivo, como sucede en las grandes empresas o cuando se quiere impartir una información a estudiantes.

Un punto fundamental en una organización es que la persona o colectivo adquiera los conocimientos y, si es necesario, habrá que revaluar para comprobar que es así. Esta política también se puede llevar a cabo para comprobar la aplicación práctica.

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